26 de abril de 2010

¿Mediocre o necesaria?

Esa es la pregunta que muchos se han hecho con respecto al retiro de Lorena Ochoa. Desde el martes comenzaron a llegar comentarios sobre el tema y me resultó sumamente curioso ver las diferencias entre los que enviaban los mexicanos y los que provenían del extranjero.

La mexicana debutó en la LPGA en 2003

Fue la mejor golfista del mundo durante tres años, se hizo con el premio "Jugadora del Año" en cuatro ocasiones consecutivas, recibió el Premio Nacional del Deporte y rompió docenas de récords, entre ellos la ronda más baja en un major (62), la única golfista en alcanzar la marca de los 4 millones de dólares en ganancias en una sola temporada y la más rápida en ganar 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12 y 13 millones de dólares en su carrera.

No obstante, hay quienes ven la súbita partida de Ochoa como un error e incluso como la justificación perfecta para no tocar fondo, pues su juego no ha sido el más consistente en los últimos 12 meses. De cualquier manera, resulta interesante ver como muchos mexicanos simplemente no le perdonarán haberse ido tan pronto, mientras que la mayoría de los estadounidenses y europeos celebran la decisión y se quedan con todo lo bueno que hizo; irónicamente sus países no se han visto beneficiados con las obras filatrópicas de la mexicana, mientras que nosotros sí, a través de los cientos de pequeños que reciben educación gracias a su Fundación.

La partida de Lorena es la combinación de varios factores:

Matrimonio: desde hace muchos años, incluso cuando se encontraba al asecho de la entonces número uno del mundo, Annika Sörenstam, Lorena hacía hincapié en que no jugaría por mucho tiempo, pues su prioridad era formar una familia. Al contraer nupcias con Andrés Conesa fue evidente que su tiempo en las canchas se vería reducido.

Presión: definitivamente la mexicana ha tenido muchos altibajos en la parte mental del juego; sin embargo, esto es algo que difícil de dominar y resulta una tarea más sencilla de realizar para una escandinava, pues mantener la cabeza fría es parte de su cultura. No perdamos de vista que las raíces de Lorena determinan en gran medida su personalidad. Por ello, las coreanas son  tímidas, las nórdicas desapegadas y las latinas extrovertidas y amigables.

Falta de interés: dedicarse 23 años a la misma disciplina debe ser por sí mismo agotador, ahora hay que imaginárselo al máximo nivel, con apoyo nulo del gobierno y en un país en el que ese deporte ni siquiera es conocido. Quizá la justificación de muchos sea: hay golfistas como Tiger que llevan más tiempo en eso; es cierto, pero los hombres tienden a ser más fríos en el aspecto sentimental, mientras que la mayoría de las mujeres buscan una parte de su realización a través de la familia.

Tengo que confesar que nunca fui fan de Lorena, a diferencia de algunos compañeros de la fuente, de hecho siempre estuve en contra de esa "debilidad mental" y nunca le perdoné sus berrinches dentro de la cancha y en algunas conferencias de prensa; pero tengo que ser honesta y objetiva: Lorena es grande, es muy probable que nunca tengamos otra golfista de ese nivel y deberíamos celebrar el éxito que tuvo, así como haber puesto a México en el mapa de un deporte que siempre fue rechazado.

Hacer que la LPGA calendarizara tres eventos en suelo azteca, más el juego de skins operado por Grupo Ochoa, fue algo que no se había hecho jamás y que será difícil de repetir. Dejemos el malinchismo y reconozcamos los logros de una mexicana prominente, de quien deberíamos sentirnos orgullosos y que puso el nombre de nuestro país muy en alto.
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