20 de junio de 2011

Rory McIlroy, ¿el nuevo ídolo?

La noticia de que Tiger Woods no jugaría en el US Open por primera vez en 15 años dejó claro que su anhelado regreso tendría que esperar más de lo que se creía. Sin embargo, conforme se acercaba el arranque del segundo major de la temporada, el tema en boga fue ¿quién sería capaz de proclamarse campeón?


Phil Mickelson, Steve Stricker y Lee Westwood encabezaban la lista, pero fue un joven de 22 años quien se erigió como el mejor y lo hizo 2 meses después de haber protagonizado una de las caídas más estrepitosas que un torneo de Grand Slam había visto.

Rory McIlroy había dominado las primeras tres rondas del Masters de Augusta, pero el domingo hizo una pasada de 80, lo cual lo relegó hasta el puesto 15. Lejos de mostrar frustración, Rors manejó el asunto con clase, atendió a la prensa y a los aficionados, sin alebrestarse y simplemente dejó esa semana atrás, algo que pocos consiguen.

El jueves pasado se presentó en The Congressional Country Club con la esperanza de darse otra oportunidad para ganar su primer torneo de Grand Slam, y en el hoyo 12, su tercero del día, consiguió el primer birdie, de seis totales, mismos que lo catapultaron hasta la primera posición.

Al 65 de la pasada inaugural le siguieron un 66 y un 68. McIroy llegó el domingo como líder indiscutible, con una ventaja de ocho golpes sobre Y.E Yang. La historia parecía repetirse, pues en el Masters, el norirlandés se presentó a la última ronda como puntero con acumulado de -12, cuatro impactos mejor que sus más cercanos perseguidores.

A diferencia del Masters, McIlroy dejó claro que no le daría oportunidad a nadie, y en el hoyo 1 embocó su primer birdie del día. En los últimos nueve, Rors mostró inconsistencia, tras marcar dos birdies, dos bogey y cinco pares, pero nunca se desmoronó.

El desempeño del joven de 22 años lo llevó a dejar atrás algunos récords, incluido el de Tiger Woods con el mejor score del US Open de 12 bajo par. Rors lo mejoró en cuatro impactos y finalizó -16. Además, es el golfista más joven en hacerse con el trofeo desde hace 1923, cuando Bobby Jones consiguió la hazaña como amateur.

Rory hizo lo que pocos, tomó su estrepitoso derrumbe en el Masters como una enseñanza y lo hizo de forma magistral. Hoy el jugador a seguir es el chico de Irlanda del Norte que tras embocar el par en el 18 se acercó a su papá, lo abrazó y le dijo: Feliz Día del Padre.