Ningún otro campo ha sido sede de tantos US Opens, pues en su haber, Oakmont ha albergado ocho versiones másculinas y dos femeninas, incluida la de este año. Jugadores como Ben Hogan, Jack Nickalus, Ernie Els y Ángel Cabrera son algunos de los golfistas que han acariciado la gloria en este lugar.
Ubicado en los suburbios de Pittsburgh, Pensilvania, tiene pocos árboles, más de 200 trampas de arena y greens sumamente ondulados y rápidos, lo que pone a prueba el juego corto de cualquiera. Además, desde la década de los 60s, ha sido clasificado año con año como uno de los mejores cinco campos del mundo por Golf Digest.
Con este contexto, será muy interesante ver cómo las mujeres se adecuan a las más de 6 mil 500 yardas que tendrá Oakmont, que por cuestión de potencia ha sido configurado como par 71 para el evento de esta semana, a diferencia de las más de 7 mil yardas que enfrentaron los caballeros en 2007, cuando Ángel Cabrera consiguió su primer major con acumulado de 5 sobre par, por encima de Tiger Woods y Jim Furyk, quienes finalizaron +6.
Es pácticamente un hecho que la ganadora de la edición 65 del US Women's Open tirará arriba de par, pero además, quien quiera grabar su nombre en el trofeo de campeona, deberá mostrar precisión en sus tiros de salida y tener el potencial necesario para colocar la bola tan cerca del hoyo como sea posible, pues la velocidad de los greens para el evento será de unos 13 puntos en la escala Stimpmeter, esto es importante porque las damas suelen potear con velocidad 12.
Por las condiciones del campo, hay que seguir de cerca a jugadoras como:
Song-Hee Kim: líder de greens en regulación (GIR).
Anna Nordqvist: co-líder de putts por green en regulación.
Cristie Kerr: primer sitio de score promedio y co-líder de putts por green en regulación.
Además de la veterana Juli Inkster y las jóvenes promesas Michelle Wie, Brittany Lincicome, Paula Creamer y Morgan Pressel.
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