11 de mayo de 2010

En honor a EB

A principios de marzo de 2008 recibí la llamada del Coordinador Editorial de la revista Caras Sports (antes Caras Golf). Ha decir verdad me sorprendí porque había pasado casi medio año desde la última vez que me publicó, cuando cubrí el RICOH Women's British Open de 2007.
Tras el intercambio de saludos me contó que en el marco de la tercera edición del MasterCard Classic era probable que nos reuniéramos con una jugadora llamada Erica Blasberg y que yo haría la entrevista.


Un par de días antes la gente de la LPGA confirmó la cita, sería el miércoles 12 a las 8:00 hrs. en el Fiesta Americana de Santa Fe, hotel que fungiría como sede del evento.
El día llegó, Erica bajó con una maleta enorme llena de ropa y zapatos y buscaba con la mirada a quien la entrevistaría; atrás de ella estaba su papá, quien hacía las de caddie en aquel entonces.

Recuerdo que me preguntó cómo sería el proceso, le expliqué todo y, al tiempo que la peinaban y maquillaban, comencé la sesión de preguntas y repsuestas. Aunque ya había tenido la oportunidad de hablar con otra jugadora de la LPGA, Lorena Ochoa, todo había sido improvisado y no se trataba de un shooting, éste era mi primero.

Erica me contó que vivía en Las Vegas que le gustaban mucho los shows y que solía ir a los casinos de los hoteles más lujos del Strip con sus amigos y que la convivencia en familia era su prioridad, a pesar de la gran pasión que tenía por el golf.

Debo confesar que me moría de nervios, pero el gran sentido del humor de EB, así como su calidez hicieron mucho más sencilla mi labor. Sin darme cuenta ya habíamos hablado de música, shows, jugadores de la PGA y sus impresiones de México. Fue precisamente entre toma y toma que me recomendó escuchar a The Fray y que me dijo que la agregara a Facebook.

De vez en cuando me la encontraba en los diversos torneos celebrados en nuestro país y solíamos intercambiar algunas palabras. En el Corona Championship 2008 caminé por primera vez los 18 hoyos del retador Tres Marías Country Club y, al finalizar, se acercó para agradecerme y contarme de un tal Jason Mraz, a quien por cierto ya hasta fui a ver en concierto.

Un año después, cuando le di algunas copias de la revista en la cual publicamos la entrevista, tomó uno de sus ejemplares y me lo dedicó; con una gran sonrisa y un abrazo me agradeció el trabajo hecho.

La última vez que platiqué con ella fue el sábado 1 de mayo de 2010, en el Tres Marías Championship; yo iba entrando a la casa club y ella saliendo, nos volteamos a ver y nos saludamos. Me dijo que estaba bien y que la cancha estaba en buena forma; preguntó por el Coordinador Editorial de la revista y nos despedimos.

Con tan sólo 25 años de edad, era una de esas jugadoras que se detienen para firmar una gorra o para agradecer a sus fans. Era sin duda una golfista con mucho potencial y que sólo necesitaba un pequeño empujón para brillar en la LPGA. Me quedo con esas cortas, pero significativas pláticas que tuvimos a lo largo de 2 años, las cuales me dejaron nuevos gustos musicales y la gran satisfacción de conocer a un gran ser humano.

Descanse en paz Erica Blasberg.
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